‘Bautizados y enviados: la Iglesia de Cristo en misión en el mundo’ es lema del Mes Misionero Extraordinario que se celebrará en la Diócesis de Salamanca en octubre. Una iniciativa que se desarrollará en todo el mundo tras ser confiada por el Papa Francisco en el centenario de la Carta Apostólica ‘Maximum Illud’ (1919), de Benedicto XV, que marcó un hito en la conciencia misionera de la Iglesia.
Para celebrarlo se han establecido cuatro dimensiones. En concreto, el encuentro personal con Jesucristo vivo en su Iglesia, a través de la Eucaristía, la Palabra de Dios, la oración personal y comunitaria; el testimonio: los santos, los mártires de la misión y los confesores de la fe, expresión de las Iglesias esparcidas por todo el mundo; la formación misionera: escritura, catequesis, espiritualidad y teología; y por último, la caridad misionera.
En la Diócesis de Salamanca se ha creado un grupo de trabajo para confeccionar este Mes misionero extraordinario, coordinado por el vicario de Pastoral, Policarpo Díaz, junto a los integrantes del Servicio diocesano de Misiones, el sacerdote Juan Robles y la misionera del Verbum Dei Pilar Alonso Bazo, así como Julia Blázquez, esclavas del Sagrado Corazón de Jesús y miembro de la Delegación diocesana de Catequesis, o el párroco de Campo de Peñaranda, José Miguel González.
El vicario de Pastoral señala que han diseñado unas actividades diferentes, “en los que van a encontrar algo distinto a lo que estaban acostumbrados”. Y añade que este equipo quiere hacer un esfuerzo “para lograr conectar con el de casa, para reavivarlo y resucitarlo; y con el de fuera, el alejado, para que descubra la fe, porque están bautizados, y ese día recibieron una misión, que está olvidada y perdida”.
Díaz pide la colaboración del clero, para que durante ese tiempo también dinamicen en sus espacios para que ayuden “a fortalecer la fe de los bautizados y a enganchar de nuevo a los que se fueron”. Este mes misionero viene unido a las orientaciones de la Asamblea Diocesana, “donde nos pidieron una renovación espiritual, pastoral y estructural”, y para el vicario de Pastoral, esta iniciativa, “puede ser un ejemplo”, porque como matiza, “salimos cada uno de nuestro nicho o grupo para hacer diócesis, y salir de los esquemas pastorales para entrar en una pastoral diocesana, que entronca con el deseo del Papa Francisco”. El resto del equipo que está confeccionando en Salamanca este mes misionero insiste en que se trata de una de las prioridades del Papa Francisco: “El tema del Papa es la prioridad de las prioridades, la Iglesia en salida, el gozo, la vocación, la cima, el objetivo es la evangelización”, aclara Julia Blázquez, y se reafirma en el hecho de que “hay que preparar caminos que posibiliten el encuentro de la mujer y el hombre de hoy con Jesucristo”.
Bajo el punto de vista de José Miguel González, la Iglesia es misionera desde siempre, “pero hay que hacerlo realidad, y en este contexto europeo vivimos en una Iglesia estructurada y avejentada, donde abrir nuevos cauces, talantes y estilos es importante, que no se quede en la teoría”.
Para el Mes misionero extraordinario, la intención es implicar al mayor número de personas y organizaciones de la diócesis, como este equipo revela, “y no queremos que ese envío misionero termine el 31 de octubre, sino que empiece después…”, sentencia Juan Robles.
En el primer borrador de las actividades ya se aprecia la magnitud de la iniciativa, que arrancará el 1 de octubre, con la apertura del Mes misionero extraordinario con una celebración especial en el monasterio de las Madres Carmelitas Descalzas del Arenal del Ángel, en Cabrerizos, “ya que desde Roma nos piden que empecemos en un monasterio de clausura”, describe el equipo. En el mes de septiembre se dará a conocer todo el programa de este Mes misionero extraordinario.